Al acabar la
cena, vi a Samuel mirando fijamente una foto que había encima de la chimenea;
Ainhoa: ¿te
recuerda a algo esa foto?
Samuel: esta
foto es de mi décimo cumpleaños, este soy yo.
En la foto
se podía ver a unos diez niños sentados en una mesa llena de chucherías y una
tarta de Spiderman, solo conocía a mi hermana, y ahora a Samuel;
Ainhoa: me
acuerdo de ese día, pero no me acuerdo de ti…
Samuel: yo
si me acuerdo de ti, recuerdo que estaba enamorado de ti y de tu sonrisa,
aunque éramos pequeños, lo recuerdo.
Ainhoa:
¿cómo puedes recordar algo que paso hace tantos años?
Samuel:
porque al volver a verte, ese sentimiento volvió a mí. –Dijo plantándome un
beso-
No iba a
rechazar ese beso que en mi interior yo también deseaba;
Samuel: lo
siento… -dijo mordiéndose el labio-
Ainhoa: no
lo sientas. –Dije mirando al suelo-
Samuel:
tengo que irme, es tarde y mañana trabajamos.
Ainhoa: no
te vayas, quédate aquí conmigo, por favor. –dije poniendo cara de pena-
Samuel: no
me puedo negar a esa cara. –Dijo riendo-
Ainhoa:
trato hecho. –dije sonriendo-
Samuel: ¿y
donde duermo?
Ainhoa: en
mi habitación, conmigo.
Subimos a mi
habitación y le deje a Samuel un pijama de mi ex, a día de hoy sigo preguntándome porque seguía teniendo ese pijama;
Samuel:
buenas noches. –dijo abrazándome y acercándome más a él-
Ainhoa:
buenas noches. –dije dándole un beso sin poder resistirme-
Nos quedamos
dormidos al momento, abrazados, algo bueno podría salir de esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario