jueves, 31 de diciembre de 2015

Capitulo 33. {Novela Vegetta}

{Dos semanas después}

 Había llegado el día del evento al cual asistiría con Marina. Nos fuimos para el lugar donde seria el acontecimiento temprano ya que queríamos estar en primera fila, y lo conseguimos ya que al llegar solo habían cinco personas;

 Ainhoa: ¿Estas nerviosa? –pregunte sonriendo-

Marina: Si, mucho, y tu deberías estarlo también. –dijo mirándome fijamente-

Ainhoa: ¿Yo? ¿Por qué? –dije extrañada-

Marina: Ya lo veras. –dijo sonriendo victoriosa-

 Llego el momento de aperturas de puertas y entramos corriendo hasta llegar a la primera fila. En cuestión de minutos, el recinto se lleno entero. Empezaron a presentar a los youtubers y fueron saliendo de uno en uno hasta que llego el momento de presentar al ultimo;

Presentadora: Es uno de los youtubers mas famosos del momento, le gusta el morado, los unicornios, el es… VEGETTA. –grito-

De detrás de una cortina negra apareció sonriente un cambiado Samuel, no me podía creer que el era uno de los youtubers invitados a este evento;

Ainhoa: No me lo puedo creer. –dije agachando la cabeza y escapándoseme algunas lagrimas-

Marina: ¿No te alegras de verle? –pregunto entristecida al ver mi reacción-

Ainhoa: Si, pero no me lo esperaba. –dije levantando la cabeza-

Me seque como pude las lagrimas y volvi a fijar mi mirada en Samuel, estaba tan guapo después de tanto tiempo sin verle... De repente hizo un giro y sus ojos se clavaron en los mios, se le escapo una pequeña sonrisa y se saco un pañuelo del bolsillo y entregándomelo;

Samuel: No me llores mas, que ya lloraste suficiente. –me susurro al oído-

Ainhoa: Lo intento. –respondi-

Samuel volvió a donde estaban los demás y empezaron a jugar con unos ordenadores que había allí en fila. En un momento determinado, los youtubers eligieron a una persona del público para jugar con él, Samuel me eligió a mí, su mirada lo decía todo;

Samuel: ¿Cómo que has venido aquí? ¿Y tu novio? –pregunto colocándose detrás mía-

Ainhoa: Marina me ha traído engañada, no sabía que youtuber venia, ni siquiera sabía que eras youtuber y ya no tengo novio. –dije como pude-

Samuel no me volvió a preguntar nada mas sobre mi ex, terminamos la partida y yo volví con Marina. Termino el evento por ese día, pero todavía quedaban dos días más. 

martes, 29 de diciembre de 2015

Capitulo 32. {Novela Vegetta}

{Dos semanas después}

Aquella mañana me levante con el presentimiento de que algo no me iba a salir bien y que este no sería mi mejor día, y así fue. Al poco tiempo de levantarme, recibí un mensaje de Raúl;

Raúl: Necesito que nos veamos, tengo algo que contarte.

Ainhoa: Ven a mi casa y hablamos.

Un miedo recorrió mi cuerpo sabiendo que no iba a salir bien esta charla que me esperaba con Raúl. En cuestión de media hora, estaba Raúl llamando a mi puerta;

Ainhoa: Hola… -dije seria-

Raúl: Necesito contarte esto lo más rápido posible. Veras, hace unos días volvió a mi vida mi ex, y hemos empezado a hablar y estamos de acuerdo con volver a nuestra antigua relación, lo nuestro se estaba enfriando por mi parte, no siento lo mismo que sentía el primer dia que te vi. Lamento tener que decirte esto, pero aquella chica marco mi vida hace 5 años, lo siento. –dijo acercándose a mi-

Ainhoa: Vete de mi casa ahora mismo, no te acerques a mi, nunca mas. –dije empujándole hasta sacarlo de casa-

Raúl: Pero Ainhoa… -fue lo único que pudo decir antes de cerrarle la puerta-

Tras cerrar la puerta me apoye en esta y me deje caer, haciendo que mi cabeza quedara escondida entre mis rodillas. Volví a sentir aquel vacio que sentí cuando Samuel se alejo de mí. Me asegure de que Raúl ya no estaba en la puerta de casa y corrí hasta casa de Marina rezando que estuviera allí. Llame y me abrió con una cara sonriente que desapareció cuando vio mi cara mojada por lagrimas;

Marina: ¡Ainhoa!, ¿Qué te ha pasado? –dijo llevándome hasta el sofá-

Ainhoa: Raúl… -dije volviendo a llorar-

Marina: ¿Pero qué pasa? ¿Lo habéis dejado?

Ainhoa: Si… -dije sin poder hablar-

Le explique a Marina toda la historia de nuestra ruptura y como había acabado todo;

Marina: Lo importante es que en dos semanas nos vamos de evento, nada más. –dijo abrazándome-

Y ella tenía razón, era hora de pasar página de nuevo, y no por mucho tiempo.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Capitulo 31. {Novela Vegetta}

{Tres meses después}

Habían pasado tres meses desde que Marina había cometido aquella locura, se llevo esos meses en el hospital dando unas terapias psicológicas en forma de rehabilitación. Su caso había llegado hasta oídos de la prensa y así, a oídos de todo el mundo. La mayoría de personas la apoyaron. Hoy, iba a volver a verla después de tres meses sin poder verla ya que la tenían aislada, y le llevaba una sorpresa;

Raúl: ¿Has cogido las entradas? –me recordó-

Ainhoa: Si, las tengo en el bolso. –dije dándole un beso-

Raúl me recogió en casa y pusimos rumbo a casa de Marina, ya estaba de nuevo viviendo sola en su piso en plena Gran Vía madrileña. Llamamos y abrió Marina;

Marina: ¡¡Chicos!! –dijo abrazandonos-

Ainhoa: Hola mi niña. –dije dándole dos besos-

Marina: Pasad, sentaos en la terraza.

Raúl: ¿Cómo estas?

Marina: Me atrevo a decir que me siento mejor que nunca, al salir mi historia a la luz, muchísima gente me ha apoyado, sin olvidarme de vosotros, habeis sido un enorme pilar en mi vida. Os debo la vida, nunca mejor dicho. Si hubierais ido aquel dia al hospital, lo habría hecho otra vez al salir.

Ainhoa: Te queremos demasiado como para dejar ir a una persona tan importante para nosotros como tu. Has vivido a mi lado mis peores meses, y yo he vivido junto a ti tus peores meses, aunque no me dejaban verte en el hospital, cada dia hablaba con tu madre para preguntarle como estabas, incluso fui algunos días al hospital para hablar personalmente con tu madre. –dije sonriendo-

Raúl: Tenemos un regalo para ti. –dijo sacando las entradas de mi bolso y dándoselas a Marina.

Marina: ¡¡No me lo puedo creer!! –dijo casi llorando al sacar las entradas del sobre-

Ainhoa: Dentro de un mes nos espera una nueva aventura juntas. –dije riendo-

Raúl había conseguido dos entradas para un evento que tendría lugar en Madrid dentro de un mes, consistía en un show de youtubers, todos gamers, yo no tenía ni idea de quienes iban ni cómo iba a ser aquello, así que por probar, me ofrecí a acompañarla, lo que yo no sabía era a quien iba a volver a ver allí.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Capitulo 30. {Novela Vegetta}

Tras despedirme de Raúl, fui hasta mi casa, estuve pensando durante toda la noche en los dos meses que pase junto a Marina sin darme cuenta de que en el fondo sufría y no me había contado nada. En mi cabeza resonaron las duras palabras que había pronunciado Marina aquella tarde.

¿Qué puede llevar a una persona a hacerse daño a sí misma? ¿Falta de personalidad, debilidad, cobardía, valentía, desesperación, inconsciencia, locura, querer llamar la atención, osadía, pedir auxilio...? No lo sé. Posiblemente, ninguna de esas cosas, todas a la vez o mil razones diferentes más que no consigo recordar o no me atrevo a señalar aquí. La decisión de cortarse, autolesionarse o intentar asfixiarse o ahogarte no debe de ser nada fácil. Y conocer a personas que han pasado por eso tampoco. Es muy duro para todos. Pero sobre todo es duro para quien lo sufre y sigue viviendo inmerso en su tortura. No me imagino cómo debe de ser el momento en el que la decisión es definitiva. Ese instante en el que eliges el método, el minuto y la manera. ¿Subirá la adrenalina o te morirás de miedo? ¿Temblarás? Cuando das ese paso adelante, estás dando varios hacia atrás. Ya nada en tu vida será lo mismo, y las personas que se enteren de lo sucedido nunca más te mirarán de la misma forma. Te conviertes en una especie de cristal de Bohemia. Te vuelves muy frágil. Te rompes con más facilidad y todos tienen más cuidado para no ser los causantes de esa rotura. Por desgracia, vivimos en un mundo en el que nos equivocamos y perdemos el rumbo más veces de las que deberíamos. Y una historia calca otra historia. Y un impulso sirve para crear otros impulsos. Demasiado iguales, demasiado comunes. Copiamos más lo negativo que lo positivo. Me gustaría hablar con todas esas personas para decirles que existen otras soluciones. Otra manera de encarar la vida, aunque nada logre hacerte feliz. Aunque te veas perdido en un lugar que ni siquiera es el tuyo. Aunque el poco aliento que te queda no te sirva ni para respirar adecuadamente. Si he aprendido algo en los pocos años que tengo es que me quedan muchos años por vivir. Aunque suene redundante. La vida es una cuestión de rachas. De rachas de todo tipo. Y si eliges el camino malo, siempre habrá tiempo de volver al bueno o de seleccionar otro camino más adelante. Puede que, esa vez, el camino sea mejor. A esas personas, si pudiera hablar con ellas, les pediría que no se rindan nunca. Que piensen en ellas, que piensen en los demás. En todos esos que les quieren. Que se atrevan a pensar. Que se atrevan a desafiar a la vida. Que se atrevan a no tener miedo. Ganarás, perderás..., pero no arrojarás todo por la borda. Respeto mucho a las personas. Respeto lo que deciden. Respeto lo que hacen. Siempre lo haré. Porque sé que vivir es difícil y porque sé que en ocasiones lo único que te sale de dentro es tirar la toalla. Pero toca luchar. Toca hacer frente a los problemas. Porque si luchas y haces frente tienes más posibilidades de encontrar lo que yo acabo de encontrar, a esa persona que te convenza de todo esto que acabo de escribir. Ojalá yo también se lo hubiera dicho a ella.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Capitulo 29. {Novela Vegetta}

Llegamos al hospital y tras preguntar por Marina nos mandaron a la planta de psicología, entramos en la habitación y nos encontramos con su madre;

Madre: Gracias por venir, chicos. –dijo abrazándonos-
Ainhoa: ¿Dónde está? –dije nerviosa-
Madre: Detrás de esa cortina, dale ánimos, por favor.

Su madre se fue de la habitación para dejarnos a solas y tras mover esa cortina pude ver a una Marina irreconocible, llena de cables que le inyectaban sangre, cortes en los brazos, mucho mas delgada desde que no la veía y cara pálida entristecida;

Ainhoa: Marina… -dije casi llorando-
Marina: Ainhoa, lo siento. –dijo soltando algunas lágrimas-
Ainhoa: No me llores pequeña, estoy aquí contigo y no te voy a dejar nunca, es algo que te dije hace mucho tiempo, mira, te he traído a alguien… -dije dejando ver a Raúl-
Marina: ¡¡Raúl!! –dijo con una sonrisa en su cara, ella le admiraba muchísimo a el y sus videos-
Raúl: Hola guapísima. –dijo dándole un abrazo-
Ainhoa: ¿Por qué has hecho esto, Marina?
Marina: Estoy cansada de estar en esta vida, Ainhoa, estos meses pasados como modelos han sido los mejores, pero al terminar esa gira, mi vida fue aumentando, mis amigas me engañaron, entre en una relación no correspondida, solo Youtube me hizo despejarme de esto, sobretodo Auron, me sacaba sonrisas y carcajadas cuando nadie más podía sacarlas. –dijo entre lagrimas-
Ainhoa: No puedes decir que estas cansada de vivir, eso solo lo puede decir una persona que está enferma terminal, tu no, estas súper sana, la vida te guarda cosas buenas, eres muy joven aun, tienes a tu familia y a nosotros, nunca te vamos a fallar.
Marina: Esta bien, dejare de hacerlo, pasare más tiempo con mi familia, intentare hacer amigos nuevos e intentare encontrar a alguien que me quiera de verdad. Gracias por todo, chicos.
Raúl: Nos tienes aquí para todo. –dijo sonriendo mientras se secaba algunas lagrimas-
Ainhoa: Mañana vengo a verte, ahora descansa y come, estas demasiado delgada.

Nos despedimos de Marina y de su madre y volvimos a casa en un profundo silencio.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Capitulo 28. {Novela Vegetta}

Abrí el correo y pude ver que le destinatario era Samuel, era la primera vez que recibía señales de vida de él desde hace dos meses;

Samuel: Se que hace meses que no tenemos ningún tipo de contacto, pero hace unos días encontré tu Instagram y pude volver a ver esa Ainhoa feliz de la que me enamore, pero no estaba sola, veo que has encontrado otro chico el cual te hace feliz, y me lamento de no ser yo. Dentro de unos días vuelvo definitivamente a Madrid, por si quieres que nos veamos, ya sabes cómo contactar conmigo. –escribió-
Ainhoa: Veo que has descubierto que soy feliz con otra persona, supuse que tu también habrías encontrado a otra persona con la que ser feliz y di nuestra relación por terminada al no hablar contigo durante meses. Y si vienes definitivamente a Madrid, nos veremos algún día y tomaremos algo. –respondí-

Le enseñe el mensaje a Raúl y me dijo que quedara con él cuando quisiera.

{Una semana después}

Hoy salían las notas finales del examen de acceso. Me levante temprano y fui andando hasta la universidad la cual estaba llena de gente mirando las notas. Me acerque y busque mi nombre entre la multitud. Al encontrarlo pude ver que mi nota era de 12’479, eso significaba que podría dar clases el próximo curso. Llegue corriendo a casa de Raúl para darle la noticia;

Raúl: Hey, respira. –dijo riendo-
Ainhoa: ¡¡He aprobado!! –dije abrazandole-
Raúl: ¡¡ENHORABUENA!! –dijo dándome un beso hasta casi quitarme el poco aliento que me quedaba-

Pase el resto del día con Raúl hasta que mi móvil fue interrumpido por una llamada, era Marina;

Ainhoa: ¿Marina? –dije extrañada, ella siempre me mandaba WhatsApp y no llamaba-
X: No soy Marina, soy su madre, Marina ha intentado suicidarse y esta ingresada en el hospital universitario, quiere verte. –dijo con tono triste-
Ainhoa: Estoy ahí en unos minutos.

Le explique a Raúl lo ocurrido y se ofreció a venir conmigo, el también conocía a Marina y no podíamos encontrar una explicación razonable para lo que había hecho Marina.

martes, 8 de diciembre de 2015

Capitulo 27. {Novela Vegetta}

Empezamos a ver la película, Raúl eligió una de miedo, cosa que me gustaba, pasar miedo junto a él me hacía sentir protegida.

{Dos meses después}

Mi relación con Raúl iba de maravilla en estos dos meses que llevábamos juntos, pero hoy no era momento de celebración ya que tenía que examinarme para poder ser profesora, me levante temprano, dejando aun en la cama a Raúl y me metí en la ducha para arreglarme e ir temprano para la universidad y poder coger un buen sitio. Escribí una nota para Raúl y se la deje encima de su móvil, era lo primero que tocaba al despertarse;

``Estoy en la universidad para hacer el examen, acabo sobre las 14:30, recógeme en la puerta y comemos juntos. Te quiero, Auron.´´

En ocasiones y en tono cariñoso le decía Auron. En este último mes Auron había decidido empezar a subir videos a Youtube haciendo criticas de otros videos, yo no conocía nada de este mundo y prefería mantenerme alejada, pero tarde o temprano no podría evitar que este mundo me salpicara a mi también.
Llegue a la universidad y tras buscar la clase donde sería el examen, me senté al fondo del todo y di un ultimo repaso a mis apuntes antes de que llegara el profesor. Termine el examen antes de la hora que había quedado con Raúl, pero al salir fuera me lo encontré hablando con dos chicos de edad menor;

Ainhoa: ¿Hola? –dije acercándome a ellos haciendo que me miraran-
Raúl: Hola, chicos, me tengo que ir, tengo cosas que hacer, nos vemos pronto y gracias por todo.
Chico: ¿Es tu novia? –dijo uno de ellos sonriendo-
Ainhoa: No, soy su hermana. –dije sonriéndoles-

Nos despedimos de aquellos chicos y nos montamos en el coche rumbo a un restaurante cercano en el que poder comer;

Raúl: ¿Qué tal el examen, hermana? –dijo con una carcajada-
Ainhoa: Sh, es lo primero que se me ha ocurrido. El examen perfecto, ya mismo me ves dando clase en la universidad. –dije victoriosa-
Raúl: No puedo estar mas orgulloso de ti. –dijo tocándome la mejilla-

Terminamos de comer y nuestra charla fue interrumpida por un correo que me llego.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Capitulo 26. {Novela Vegetta}

Al día siguiente estuve toda la mañana preparándome los exámenes para poder hacer un doctorado de medicina y poder ser profesora de universidad, esos exámenes tenían lugar dentro de dos meses, pero tenía que aprenderme treinta temas. Cuando mire el reloj eran las 15:45 y había quedado con Raúl a las 16:15 para tomar un café. Sin comer, me metí en la ducha y me arregle lo más rápido que pude, justo a la hora que debería estar con Raúl en Gran Vía estaba saliendo de casa. Llame a Raúl para avisarle que no tardaba en llegar y pedí un taxi. Al llegar ya estaba allí;

Ainhoa: Perdón por retrasarme, he estado toda la mañana estudiando y no me di cuenta de la hora que era. –dije dándole dos besos-
Raúl: No pasa nada, yo he llegado hace poco. –dijo sonriendo-

Pedimos un café cada uno y nos sentamos en una de las mesas que había fuera;

Raúl: Veras, yo quería explicarte todo lo de anoche… -empezó a hablar-
Ainhoa: Ya conozco tu versión, déjame explicarte la mía. –dije sonriendo-
Raúl: Adelante. –dijo sonriéndome también-
Ainhoa: No te voy a negar que no me gustara el beso, porque en el fondo yo también deseaba aquel beso, reaccione así porque como sabes hace unos meses que salí de una relación y no sabía cómo reaccionar, pero esta noche me he dedicado a pensar en todo y, ¿Por qué no empezar en una nueva relación? Quizá Samuel también haya empezado una nueva relación y ni se acuerde de mi… -dije acercándome a Raúl-
Raúl: Te quiero.

Termino con la corta distancia que había entre sus labios y los míos y nos fundimos en un dulce beso, quizá más dulce que el de la noche anterior. Nos terminamos nuestros respectivos cafés y fuimos a dar un paseo por aquella enorme avenida tan famosa de Madrid;

Raúl: ¿Te vienes a casa y vemos una película juntos?
Ainhoa: Acepto. –dije agarrándole de la cintura mientras el rodeaba mi hombro-

Llegamos a casa de Raúl y mientras el elegía la película, mi mirada se desvió hacia un cuadro con unas dedicatorias escritas en las que salía la palabra Auron, cosa que me llamo la atención;

Ainhoa: ¿Por qué te llaman Auron? –pregunte dubitativa-
Raúl: Es un nombre que se inventaron mis primos y desde entonces me llaman así.  

jueves, 3 de diciembre de 2015

Capitulo 25. {Novela Vegetta}

Me siento como si estuviera incubando un virus y fuera consciente de que en cualquier instante se expandirá por el interior de mi confuso corazón. El problema está en si me quiero curar. En si quiero ese antídoto antes de enfermar de verdad. Porque una vez que consiga sujetarme no lograré deshacerme de él. Así es el amor. Te engancha y te suelta a su antojo. ¿Tengo opción de elegir? Posiblemente, no. No manda la razón. No seleccionas tú. Es tanto el poder de ese virus que, si te atrapa, no te suelta. Sólo queda luchar contra él. Poner remedio. Mostrarte firme y ahuyentar la debilidad. Si eres débil, si te dejas llevar, habrás caído en la red. No sé si estoy en condiciones de enamorarme de otra persona. No creo que tenga derecho a que se me iluminen los ojos mirando otros ojos. Entonces, ¿es una prueba? ¿Una lección de fortaleza? ¿Un cambio de dirección en mi vida? No estoy segura. Sólo sé que deseaba ese beso. Cuando se acercó a mi boca, cuando respiré su respiración, cuando escuché latir a toda prisa su corazón, quise probar sus labios. Y él, ¿me quería besar? No sé si está jugando. Si sólo soy un reto. Una diversión para alguien que puede divertirse con quien quiera. Ésa es la impresión que me da. Aunque diga que sueña conmigo, que tengo los ojos bonitos, que piensa en mí... No me lo creo. No creo que un chico así pueda estar interesado en alguien como yo. ¿Es posible que me esté enamorando? Me siento culpable por estar divagando sobre una nueva aventura. Decisiones que marcarán mi vida y para las que no sé si estoy preparada. Me separe lentamente de los labios de Raúl y me quede mirándole;

Ainhoa: Me tengo que ir. –dije levantándome-
Raúl: Lo siento, no debería haberlo hecho… -dijo tocándose la cabeza-
Ainhoa: No pasa nada, todo bien.

Me despedí de Raúl con dos besos en la mejilla y me monte en mi coche camino a casa, en mi cabeza rondaron miles de pensamientos, Raúl tenía razón en eso de que en mi cabeza había muchos pensamientos. Al llegar a casa me tumbe en la cama mientras sonaba de fondo una playlist aleatoria de Spotify. En ese mismo momento, mi móvil sono dejando ver en su pantalla un mensaje de Raúl;

Raúl: Te sigo pidiendo perdón por ese beso, he ido demasiado rápido, lo siento.
Ainhoa: Te repito que no pasa nada, todos cometemos errores, está todo bien, si quieres mañana quedamos para tomar un café y hablamos de todo.
Raúl: Perfecto, nos vemos en el Starbucks de Gran Vía, buenas noches.

Le respondí dándole las buenas noches y solté el móvil en la mesa, acabe pensando en si me había gustado aquel beso, de lo cual mi respuesta fue clara: si.