martes, 7 de octubre de 2014

Capitulo 2. {Novela Rubius}

Llegue a Madrid y salí del avión de las primeras para poder coger mis maletas rápido e irme a buscar a quien me estuviera esperando. Recogí mi maleta y fui hasta la puerta de salida de los pasajeros, estuve buscando el típico cartel con mi nombre pero no estaba, salió todo el mundo y yo seguía sin nadie quien me recogiera, me senté en el suelo junto a mis maletas y esperar a que viniera alguien. Tras media hora esperando vi entrar a un chico corriendo, llevaba unos vaqueros, una camiseta que decía: "If you got haters you must be doin somethin rigth" y una gorra de un Creeper de Minecraft, era alto, de unos veintitantos años, bastante guapo, para que engañarnos, se acerco a mi y se agacho;
Rubén: Hola, ¿eres Laia?
Laia: Si, ¿Y tu eres?
Rubén: Soy Rubén, el hijo de los amigos de tus padres, ahora tu amigo. –Dijo riendo-
Laia: Pues por fin llegas, amigo.
Rubén: Lo siento mucho, había tráfico y no pude venir antes, venga, vamos.
Laia: Vamos.
Llegamos hasta su coche, un Audi blanco, guardo mis maletas en el maletero y pusimos rumbo a su casa, tras unos 15 minutos llegamos a una gran urbanización con garaje propio y piscina, bastante lujosa, entre el coche y su casa supuse que este chico tenía bastante dinero. Subimos y me empezó a enseñar la casa;
Rubén: Bienvenida a tu nueva casa, puedes quedarte aquí todo el tiempo que quiera, vivo solo y si no te quieres alquilar una casa, siempre te puedes quedar aquí…
Laia: Vaya, gracias.
Rubén: Y esta es tu habitación, instálate y si quieres podemos salir a Madrid y tal.
Laia: Vale.
Rubén salió de mi habitación y empecé a meter mi ropa y zapatos en el armario, coloque mi maquillaje y demás en la mesita que había frente a un espejo enorme. Me cambie de ropa, me puse unos shorts altos, una camiseta corta y mis Vans. Cuando termine, busque a Rubén y estaba en su sala donde tenía los ordenadores, posters, figuritas, algunas fotos con otras personas y demás;
Laia: Estoy lista, podemos irnos cuando quieras.
Rubén: Wow, que guapa.
Laia: Gracias… -Dije sonrojándome-
Cogí mi bolso y bajamos hasta la estación de metro, hasta que llegamos a Gran Vía, en pleno centro de Madrid. Tras pensar a dónde íbamos, empezamos a pasear cuando de repente vi como un par de chicos se acercaban a nosotros sonriendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario