A la mañana siguiente vino Ruben a recogerme bastante temprano, llegamos al aeropuerto y tras facturar las maletas, nos sentamos a esperar que avisaran nuestro vuelo;
Ruben: Aquí fue donde nos conocimos...
Laia: Si, donde me abandonaste. -Dije riendo-
Ruben: ¿Que hubiera sido de nosotros sin conocernos?
Laia: Posiblemente, estaríamos en casa aburridos, destrozados y faltandonos algo, el uno al otro.
Vi como Ruben me miraba con los ojos brillantes. Avisaron nuestro vuelo por megafonía y subimos al avión. Tras varias horas, aterrizamos por fin en Noruega, cogimos nuestras maletas y buscamos al padre de Ruben, el le llamaba "El padrino";
Padrino: Hola chicos. -Dijo dándonos un abrazo bastante cariñoso a cada uno-
Laia: Hola, encantada, yo soy Laia.
Padrino: Ruben me ha hablado muy bien de ti, dice que eres una gran persona.
Laia: Wow.
Metimos las maletas en el coche y llegamos hasta la casa de la familia de Ruben y estaba todo nevado, realmente precioso, allí nos estaba esperando la madre la Ruben y su hermana;
Mama: Bienvenidos chicos. -Dijo abrazandonos-
Ruben: Hola mama.
Mama: Mi niño, estas mas delgado.
Ruben: Estoy bien mama. -Dijo avergonzado-
Mama: Bueno vale. -Dijo riendo- Podéis instalaros en la habitación de arriba.
Laia: Vale, gracias.
Subimos hasta arriba y entramos en la habitación mas grande, tenia dos camas, en una habitación con Ruben durante una semana, esa idea me gustaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario