Al día siguiente, me desperté a las 5 de la mañana, no podía dormir mas, así que me levante y me encontré a Rubius en la cocina;
Rubius: Buenos diaaas.
Leire: ¿Que haces despierto tan temprano?
Rubius: Jet-lag...
Leire: Yo voy a salir a correr, ¿vienes?
Rubius: Venga vale, para algo me puede servir levantarme temprano.
Entre en silencio en la habitación y me puse un pantalón corto de chándal y una camiseta de tirantes. Me hice una coleta alta y no me maquille, me pondría las gafas de sol. Cuando salí ya estaba Rubius esperándome en el salón;
Leire: ¿Nos vamos?
Rubius: Vamos.
Llegamos hasta el paseo marítimo de Santa Monica y empezamos a correr, la verdad es que Rubius estaba en forma, iba a mi ritmo y no se quejaba. Eran las 8 de la mañana y decidí que era buena hora para parar de correr;
Leire: Oye, estas en forma eh...
Rubius: ¿Tu crees?
Leire: Nadie ha aguantado nunca lo de correr todo estos kilómetros conmigo, has sido el único.
Rubius: Me siento especial... -Dijo riendo-
Seguimos caminando hasta el primer supermercado que vimos y entramos a comprarles el desayuno a Willy y Mangel;
Rubius: ¿Nosotros también nos merecemos desayunar después de todo esto no?
Leire: Si, y que sea desayuno de gordos...
Rubius: ¿Estas pensando lo mismo que yo?
Leire: Bacon...
Rubius: DEAM.
Pagamos todo y llegamos a casa, ya estaban despiertos Willy y Mangel;
Willy: Por fin, ¿Donde estabais?
Leire: Salimos a correr, a las cinco de la mañana, no como otros... -Dije mirando a Willy y a Mangel mientras reía-
Mangel: Uy, eso es muy temprano para mi.
Rubius: Os hemos traído el desayuno.
Willy: ¡Mis cereales!. -Grito Willy cuando saque sus cereales favoritos de la bolsa-
Terminamos de desayunar todos juntos y nos arreglamos para ir a Universal Studios y Six Flags.
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