Pasamos el resto de la noche bebiendo mas de lo normal, hasta el punto que tuve que dejarlo porque estaba mareada. Llegamos a casa y me tumbe en la cama haciendo que cayera en un profundo sueño.
A la mañana siguiente me desperté por el timbre de casa, me levante y fui a abrir, eran Samuel y Willy;
Laia: ¿Pasa algo?
Willy: Nos preguntábamos si nos podrías dejar subir unas cosas con tu internet.
Laia: Claro. Entrad a mi habitación, es donde hay mas internet. -Dije confundida-
Samuel: Gracias.
Los lleve hasta mi habitación y ambos se quedaron parados mirando las fotos de la pared con Ruben;
Willy: Rubius...
Laia: ¿Como?. -Dije asustada-
Samuel: ¿Os conocéis?
Laia: Si, bueno...
Willy: ¡Eras su novia!
Laia: ¿Pero de que lo conocéis vosotros? -Me estaba empezando a poner muy nerviosa-
Samuel: Somos amigos.
Laia: ¿Sois youtubers también?
Willy: Si.
Laia: No me lo puedo creer.
Salí de mi habitación y deje a los chicos subiendo sus vídeos en mi habitación. Mire mi móvil y decidí llamar a Ruben, pese a todo, el ni me había llamado en estos dos días que llevaba aquí;
Ruben: ¿Quien es?
Laia: ¿Ya no te acuerdas de mi?
Ruben: Laia...
Laia: La misma, ¿tantas cosas has tenido que hacer para no poder llamarme en dos días?
Ruben: Lo siento, no he tenido tiempo para nada.
Laia: Ya veo...
Ruben: ¿Que tal?
Laia: Muy bien, aquí estoy con Willy y Samuel, ¿te suenan esos nombres?
Ruben: Willy y Vegetta... ¿Como estas con ellos?
Laia: Nuevos vecinos.
Ruben: Me alegro, son buena gente. ¿Cuando volverás a visitar Madrid?
Laia: No lo se, supongo que te avisare cuando vaya.
Ruben: Vale. Bueno te tengo que dejar que tengo que hacer muchas cosas.
Laia: Claro, adiós.
Tire el móvil al suelo con una rabia incontenible y me senté en el suelo a llorar. Ruben no era el mismo chico del cual me despedí hacia dos días, su forma de hablarme era distinta, no me había llamado después de prometerlo... nada era igual.
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