Caí en un profundo sueño y desperté a la mañana siguiente bastante temprano, desayune con mi madre y salí a dar un paseo por la playa. Empecé a andar sin ningún rumbo, intentando recordar algo, pero todo fue en vano, mi mente estaba en blanco. De camino a casa vi como una chica se acercaba a mi rápidamente;
X: Hola.
Laia: Hola… -Dije confusa-
X: ¿Me puedo hacer una foto contigo?
Laia: Mmm, si, claro.
X: Muchas gracias, eres muy simpática.
La chica siguió su camino y yo seguí el mío, aun pensando porque me había pedido una foto esa chica, mi instinto no reacciono en ese momento para preguntarle el porque me pedía una foto, a mi, acababa de salir de un coma y encima tenia amnesia, quizá ella podía haber aclarado las dudas que mi madre no me contó;
Laia: Ya estoy en casa.
Mama: ¿Qué tal tu paseo?
Laia: ¿Sabes que? Me ha pasado algo curioso.
Mama: ¿El que?
Laia: Una chica que me he encontrado por la calle me ha pedido una foto, ¿y por que? No lo se.
Mama: Quizás te confundió con alguien.
Laia: Mama, no me estarás ocultando algo, ¿verdad?
Mama: Jamás te ocultaría algo.
Laia: Esta bien.
Me fui a mi cuarto y me senté en el suelo apoyada a la puerta. Note vibrar algo en mi bolsillo, mi móvil. Era un numero privado;
Laia: ¿Hola?
X: Laia… estas bien. –Oí un suspiro-
En ese momento, la otra persona colgó la llamada antes de que pudiera decir algo.
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