Eran las 4:30 de la mañana y el jetlag no me dejaba dormir, me puse mi ropa de deporte y decidí ir a correr por la playa, compre el desayuno y volví a casa para desayunar con Ruben;
Laia: Buenos días, mi vida. -Dije dándole un beso-
Ruben: Buenos días, ¿has comprado el desayuno?.
Laia: Si.
Nos sentamos en la terraza y desayunamos juntos, como en los viejos tiempos.
{3 semanas después}
Di un salto de la cama al oír mi móvil sonar, pude ver que eran las 3:15 de la madrugada, era un número de España, descolgué;
Laia: ¿Hola?
Mama: Laia por dios. -Dijo llorando-
Laia: ¿Mama? ¿Que pasa?. -Dije alterada-
Mama: Tu hermana, Laia por favor, ven corriendo.
La llamada se corto antes de que pudiera decir una palabra, desperté rápidamente a Ruben y le explique lo que había pasado, se ofreció a acompañarme y pusimos rumbo al aeropuerto a toda velocidad, llegamos a España tras horas eternas en el avión, llame a mi madre para saber donde estaba;
Mama: Laia, ¿Donde estas?. -Dijo en tono agobiado-
Laia: En el aeropuerto, ¿y tu?
Mama: En el hospital, vente corriendo para aquí.
Colgué y pedimos un taxi hasta el hospital, lo que yo no sabia era que allí me iba a encontrar con lo peor de mi vida.
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