viernes, 27 de marzo de 2015

Capitulo 48. {Novela Rubius}

Me levante de la cama y empecé a andar por la casa, acordandome de mi hermana, como siempre. Sus manos mientras me abrazaba o jugaba conmigo han podido contarme historias mucho mas bonitas de las que nadie podrá contar jamás con la boca. Quizás es justo ese momento en el que ves que una persona se va y no puedes hacer nada en el que sientes la mayor impotencia. Tambien se siente impotencia al no querer entrar en su habitación porque sabes que ya no estará dentro o al pasearte por lugares en los sabes que estuvo y querer dar marcha atrás en el tiempo para encontrar de nuevo a esa persona, verla sonreirte o incluso cuidarte. Recuerdo constantemente momentos a su lado con solo ver una foto o escuchar su nombre, recuerdo lo afortunada que he sido por haberla tenido en mi vida aunque me hubiera gustado que fuera por mucho mas tiempo, recuerdo que tenerla cerca fue el mayor premio que he llegado a alcanzar, el siguiente será vivir mi vida como ella quería que la viviera, eres mi ejemplo a seguir y porque antes de irte me dejaste claro por lo que debía luchar.

Llegue hasta la cocina y me prepare un té, necesitaba relajarme;

Mama: ¿Estas bien?
Laia: ¿Que?, ah si, estoy bien.
Mama: A mi no me puedes engañar.
Laia: Veo que no.
Mama: Venga, cuentame.
Laia: No puedo parar de pensar en cosas que me han ocurrido en este tiempo.
Mama: ¿Como cuales?
Laia: La muerte de Lilly, mi relación con Ruben... Todo ha pasado tan rápido.
Mama: A veces, las cosas que pasan rápido son las mejores y las que recordaremos toda la vida.

Aquellas sabias palabras de mi madre quedaron grabadas en mi, para toda la vida.

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