Tras un par de segundos esperando que apareciera alguien detrás de la puerta, apareció mi madre;
Mama: Laia, hija...
Laia: Hola.
Mama: Pasa, pasa. -Dijo abriendo mas la puerta- ¿Y este bebe tan hermoso?
Laia: Es mi hija. Tu nieta.
Mama: No me lo puedo creer, ¿como no me avisaste de nada?
Laia: No estaba segura de las cosas...
David: ¡¡LAIA!!. -Dijo abrazandose a mi corriendo-
Laia: Te he echado de menos.
David: Yo a ti también, mucho.
Laia: Te presento a Lilly, mi hija.
David: Oh dios mio, que preciosa. -Dijo mirando a Lilly-
Me levante del sofá y me fui directa a la habitación de mi hermana, estaba todo intacto, como ella lo dejó. Rabia e impotencia me invadió por todo el cuerpo. Esta noche la pasaríamos en casa de mi madre ya que no teníamos hotel ni nada reservado. Dejamos a Lilly con mi madre y Ruben y yo fuimos a dar un paseo por la playa;
Ruben: Barcelona es preciosa.
Laia: Lo se, siempre adoré esta ciudad.
Ruben: Yo solía venir de pequeño, en verano.
Laia: Yo conocía a un chico de Madrid que siempre venía en verano.
Ruben: ¿Como se llamaba?
Laia: Ruben...
Ruben: ¡¡Por eso se conocían nuestros padres!!
Laia: Parece que el reencontrarnos no fue una casualidad...
Volvimos a casa de mi madre, dispuestos a descansar, pero mi cabeza no dejaba de pensar en mi hermana.
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