A la mañana siguiente me levante con mas
ánimos de nunca, quizá era porque iba a volver a ver a Samuel y poder hablar
con el mas tranquilamente. Recogí a Marina en su casa y llegamos hasta la
puerta trasera donde había quedado con Samuel, el cual estaba allí mirando su
móvil;
Samuel: Hola. –dijo sonriendo y dándonos
dos besos a cada una-
Ainhoa: Hola… -dije sonriendo- ella es
Marina, mi fiel compañera.
Samuel: La conozco. –dijo guiñándome un
ojo-
Ainhoa: ¿De qué?
Marina: Del dia del desfile, yo fui quien
le llamo para que os vierais aunque fuera de lejos. –dijo abrazandome-
Ainhoa: No me lo puedo creer. –dije
riendo-
Samuel: Tomad estos pases, colgáoslo para
que los de seguridad no os puedan decir nada. –dijo sacando dos tarjetas de su
bolsillo-
Marina: Yo me voy para adentro, os dejo
hablando. –dijo dándome un beso en la mejilla-
Pude ver como Marina se alejaba hasta
donde estaban los demás chicos y se puso a hablar con ellos. Samuel tiro de mi
y nos pusimos donde nadie nos podía ver;
Samuel: Ahora que no hay nadie puedo
hacer algo que llevo aguantando tantos meses.
Dicho esto, me beso como si fuera lo
último que iba a hacer en su vida. Echaba tanto de menos esos besos cálidos de
él. Cuando se separo, le devolví yo un beso;
Ainhoa: Lo siento tanto… -dije agachando
la cabeza-
Samuel: ¿Tu porque? Toda la culpa fue mía
por irme sin dar explicaciones. –dijo levantándome la cabeza-
Ainhoa: Porque yo me fui con otro
mientras te quería a ti.
Samuel: Pero tú estabas en tu derecho,
nosotros no estábamos juntos y yo estaba lejos. –dijo dándome un abrazo-
En ese mismo momento vino uno de los
chicos hacia nosotros, Willy se hacía llamar;
Willy: Venga tortolitos, tenemos que
preparar el sonido y los ordenadores para hoy. –dijo riéndose-
Samuel: Siempre tienes que estropear los
momentos. –dijo dándole en el cuello sin fuerza y riéndose-
Llegamos hasta donde estaban el resto de
los chicos y los salude a todos;
Ainhoa: Yo soy Ainhoa… -dije sonriendo-
Frank: Te conocemos de sobra, no sabes la
lata que nos ha dado Vegetta contigo eh. –dijo riéndose-
Samuel: Eres tonto chaval. –dijo entre
una carcajada-
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