sábado, 16 de enero de 2016

Capitulo 36. {Novela Vegetta}

A la mañana siguiente me levante con mas ánimos de nunca, quizá era porque iba a volver a ver a Samuel y poder hablar con el mas tranquilamente. Recogí a Marina en su casa y llegamos hasta la puerta trasera donde había quedado con Samuel, el cual estaba allí mirando su móvil;

Samuel: Hola. –dijo sonriendo y dándonos dos besos a cada una-
Ainhoa: Hola… -dije sonriendo- ella es Marina, mi fiel compañera.
Samuel: La conozco. –dijo guiñándome un ojo-
Ainhoa: ¿De qué?
Marina: Del dia del desfile, yo fui quien le llamo para que os vierais aunque fuera de lejos. –dijo abrazandome-
Ainhoa: No me lo puedo creer. –dije riendo-
Samuel: Tomad estos pases, colgáoslo para que los de seguridad no os puedan decir nada. –dijo sacando dos tarjetas de su bolsillo-
Marina: Yo me voy para adentro, os dejo hablando. –dijo dándome un beso en la mejilla-

Pude ver como Marina se alejaba hasta donde estaban los demás chicos y se puso a hablar con ellos. Samuel tiro de mi y nos pusimos donde nadie nos podía ver;

Samuel: Ahora que no hay nadie puedo hacer algo que llevo aguantando tantos meses.

Dicho esto, me beso como si fuera lo último que iba a hacer en su vida. Echaba tanto de menos esos besos cálidos de él. Cuando se separo, le devolví yo un beso;

Ainhoa: Lo siento tanto… -dije agachando la cabeza-
Samuel: ¿Tu porque? Toda la culpa fue mía por irme sin dar explicaciones. –dijo levantándome la cabeza-
Ainhoa: Porque yo me fui con otro mientras te quería a ti.
Samuel: Pero tú estabas en tu derecho, nosotros no estábamos juntos y yo estaba lejos. –dijo dándome un abrazo-

En ese mismo momento vino uno de los chicos hacia nosotros, Willy se hacía llamar;

Willy: Venga tortolitos, tenemos que preparar el sonido y los ordenadores para hoy. –dijo riéndose-
Samuel: Siempre tienes que estropear los momentos. –dijo dándole en el cuello sin fuerza y riéndose-

Llegamos hasta donde estaban el resto de los chicos y los salude a todos;

Ainhoa: Yo soy Ainhoa… -dije sonriendo-
Frank: Te conocemos de sobra, no sabes la lata que nos ha dado Vegetta contigo eh. –dijo riéndose-

Samuel: Eres tonto chaval. –dijo entre una carcajada- 

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