sábado, 13 de febrero de 2016

Capitulo 39. {Novela Vegetta}

Samuel sabía mi admiración hacia Melo, así que la llamo y esta se acerco hasta donde estábamos nosotros;

Melo: Hey, ¿Qué tal? –dijo dándonos dos besos-
Samuel: Muy bien, ¿y tu, preparada para lo que viene ahora? –pregunto Samuel sonriendo-
Melo: Bueno, estoy muy nerviosa, pero bueno. ¿Y tu acompañante, quien es? –pregunto mirándome-
Samuel: Su nombre es Ainhoa, es mi novia. Creo que te admira más que a mi. –dijo riéndose-
Melo: Vaya, haberte acercado a mí, no muerdo.
Ainhoa: Me daba cosa, no sabía como hablarte. –dije avergonzada-
Melo: Háblame como a una persona normal, no soy nadie especial. Tú y yo nos vamos a llevar muy bien en este viaje. –dijo sonriendo-

La voz de megafonía anuncio el embarque de nuestro vuelo, entramos todos en el avión y nos sentamos en nuestros correspondientes sitios, yo iba con Samuel;

Samuel: ¿Estas nerviosa? –dijo al verme moviendo la pierna rápidamente-
Ainhoa: Mucho, no sé lo que me voy a esperar allí. –dije haciendo una mueca con la boca-
Samuel: Todo va a estar bien, yo te voy a cuidar, tranquila. –dijo dándome un beso en la frente-

Las trece horas de vuelo se me hicieron eternas, tanto a mi como a los demás de los chicos. Cuando aterrizamos me reencontré con Melo mientras esperábamos las maletas;

Ainhoa: ¿Qué tal el vuelo?
Melo: Cansada, estoy deseando llegar al hotel y poder dormir un poco.
Ainhoa: Yo también, se me va a hacer eterno llegar a la cama. –dije riendo-

Pude ver a lo lejos a Samuel con dos guardaespaldas acercándose hasta donde estaba yo;

Samuel: Ainhoa, vas a salir ya con ellos dos, vas a salir por una puerta trasera, te montas en una de las furgonetas que hay fuera y yo voy ahora con los demás. –dijo dándome un beso mientras notaba las miradas de los demás clavadas de nosotros-


Hice caso a Samuel y me fui con los dos guardaespaldas hacia una puerta en la cual no había nadie, llegue hasta una de las furgonetas y me monte en la primera. A los cinco minutos pude ver a Ruben, Mangel, Willy, Samuel y Melo llegar entre la multitud hasta la furgoneta en la que yo estaba esperándoles. 

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